Yo entro a la cancha y soy otra persona, tengo una raqueta y una pelota en mis manos y no me puedo quedarme quieta. Tengo alguien enfrente con quien competir, lo miro fijo y digo este bocha, este partido es mio.
De chiquita me decían paturusitu, me decían inflamación, porque todo el tiempo estaba activa,agarraba la pelota y corría. Hasta que un día agarre una paleta para jugar tenis de playa y sentí que estaba bueno lo que estaba haciendo. Primera ves que jugaba, que sentía la euforia al pegarle a la pelota, primera ves que corría para ganar el game, primera ves que me dijeron ¿juegas al tenis?, no nunca, respondí. Y por miedo perdí muchos años de mi vida sin hacer deporte, digo miedo porque, me hacia la cabeza con que "no no me van a ir a buscar", pero un día dije "soy pelotuda o que, media pila camila", ademas mi familia me insistía mucho y ahí empeze. Comenze en el Cedem un club precario, iba gratis a una escuelita, pero yo contal de estar en la cancha era feliz. Me ponía a jugar con el profesor y lo volvía loco, yo lo hacia correr mas a el, que el a mi.
De chica con mis primos, nos pasábamos toda la tarde en la casa de mi abuela y no eramos esos nenes que juegan a la play, a la computadora, se pasan el día adentro. Todo lo contrario yo siempre con hormigas en el tuje, los hacia mover a mis primos, preparaba circuitos de carreras con los palos de escobas, sillas, baldes. Jugábamos partidos de tenis, les enseñaba como tenían que pegar, la posición. Yo me sentía toda una profesora y si el tenis y el deporte, lo llevo en la sangre.
Como en todo deporte tuve mis raspones, mis chichones, mis golpes. Pero que importa un raspón, un golpe no me impedía seguir jugando. La primera ves que perdí, perdí contra una chica de 16 años pero yo no caí para abajo, no me rendí, sabia que me iba a servir para un futuro. Y no digo que soy la mejor, no digo que juego de 10, pero si se que haciendo lo que me gusta, que estando en una cancha o simplemente en el patio de mi casa con una raqueta y una pelota yo soy feliz.
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